- MI MALETA DE VIAJE
- Querida mamá,
- Hoy salí de viaje, un viaje rápido y bonito. Aquí es corto, te espero a la vuelta de la esquina, pero para ti, sé que es largo. Hoy te escribo para contarte de mi viaje.
- Aunque no lo sepas traje el mejor equipaje que pude, y así quiero decírtelo. Mi maleta ha venido cargada de cariño, de amor que tú y sólo tú me has dado en todo este tiempo que hemos compartido.
- He traído también valores, muy buenos valores que tú me has enseñado. Aquí no he tenido que aprender a amar, mamá... porque tú ya me lo enseñaste.
- Quiero que seas consciente de la importancia del trabajo que has realizado, has hecho de mí la persona que aquí sigo siendo, y te repito: quiero que lo sepas.
- No lo olvides, me he traído conmigo cada juego, cada enseñanza, cada parte de ti que me diste, y créeme: eso lo es todo. Así ha tenido que ser y has tenido que ser tú, para poder enseñarme todo aquello que me ayudó y me sigue ayudando, porque sólo tú lo has hecho.
- No te preocupes por el tiempo que vas a estar sin verme, porque ahora me toca a mí.
- Me toca a mí, enseñarte y tener contigo la misma paciencia que tenías conmigo cuando me enseñaste andar: ahora te voy a ayudar yo a caminar sin mí, porque debes hacerlo y yo te guiaré en ello…
- Caerás unas cuantas veces, como tantas caí yo, pero recuerda… amorosamente me levantabas y me decías que pronto sanaría: hoy te toca a ti, mamá. Te toca levantarte y ponerte en pié tantas veces sea necesario… es sencillo, me decías, recuerdas? Pues hagámoslo juntos, estoy contigo. Si yo pude, tu puedes… somos uno, sabes?
- No te preocupes porque no hablemos, porque tenemos el mejor lenguaje que se pudo inventar: el del corazón.
- No te preocupes porque no nos veamos, porque mi imagen irá a ti cuantas veces lo necesites.
- No te preocupes porque no nos toquemos, recuérdame tan sólo y volverás a sentirme.
- Abre la maleta de todo el equipaje que me preparaste, y quédate con eso, pues “eso” soy yo.
- Si tú lloras, yo te secaré las lágrimas.
- Si sonríes, yo reiré.
- Si ríes, yo bailaré.
- Si bailas, yo saltaré.
- Y cuando menos te lo esperes, y sin que te des cuenta, habrás sanado y entonces estaremos verdaderamente juntos.
- Estoy en cada amanecer, dándote fuerzas para comenzar el día.
- En cada atardecer, tranquilizándote para descansar en un profundo sueño.
- En cada flor que se abre, dándole color y alegría a tu vida.
- En cada carcajada, llenándote de fuerza.
- Y en tantas pequeñas cosas, que ahora te pasan desapercibidas.
- Si no me encuentras, acude a mi casa que es la tuya: tu corazón y allí estaré.
- Te quiero mamá, se fuerte, por ti y por ellos…. ¡Y sonríe que te espero!
- GRACIAS BELÉN SON PALABRAS QUE TODA MADRE QUE HA PERDIDO UN HIJO SUEÑA.